Antes de morir baleados, dos hombres abandonan una caja de regalo en un canal sobre Avenida Laureles. Días después, Claudia Arenas y Leonel Pichardo, agentes de la Comisaría 41, atienden una llamada emitida desde un edificio departamental de la misma avenida: una mujer se lanzó del penthouse llevándose consigo el perro de uno de los inquilinos. Posteriormente, descubren diversos eventos extraños alrededor del edificio: la desaparición de una joven de diecisiete años, una mujer embarazada que sufre de alucinaciones que giran en torno a una entidad que desea arrancarle su hijo del vientre y una mujer desequilibrada que tomó la caja de regalo del canal para guardarla en su departamento. Claudia y Leonel están por enmarañarse con una serie de crímenes de alcance internacional.
En la novela convergen la magia ritual, escenas tragicómicas, actos de corrupción en todos los niveles y una multiplicidad de personajes que buscan ya sea confeccionar o arrancar máscaras propias y ajenas. Máscaras que disfrazan culpa, traumas familiares y alianzas oscuras.